En un contexto de creciente preocupación social, se ha presentado un proyecto de repudio a la decisión del Presidente Javier Milei de recortar la gratuidad de los medicamentos del programa Asistencia Médica Integral (PAMI), una medida que impacta directamente a millones de jubilados y jubiladas en nuestro país. Este recorte, que anteriormente cubría el 100% de los medicamentos necesarios para el bienestar de nuestros adultos mayores, no solo se ha visto reducido, sino que también ha generado trabas burocráticas significativas para acceder a las nuevas y limitadas coberturas que se ofrecen.
Los jubilados y jubiladas, quienes han dedicado su vida al trabajo y al progreso del país, no solo deben afrontar este terrible ajuste en sus derechos, sino que también deben escuchar declaraciones despectivas y desconsideradas por parte de algunos representantes políticos. En particular, el diputado nacional salteño Julio Moreno Ovalle, miembro del bloque La Libertad Avanza, en recientes declaraciones periodísticas afirmó que «no cree que los jubilados se mueran si no toman los medicamentos» y que «no es para tanto» la quita de medicamentos, reflejando la falta de empatía hacia los y las adultos mayores.
Es fundamental recordar que el acceso a la salud es un derecho humano básico. Los recortes en la asistencia médica no solo ponen en riesgo la salud de nuestros jubilados y jubiladas, sino que también desatienden su bienestar emocional y social.
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