En la última sesión de nuestra casa legislativa, el InterBloque Sekista presentó y aprobó un proyecto que expresa su profunda preocupación por la persecución ideológica que se ha intensificado en el seno de la Cancillería de la Nación, bajo la administración del presidente Javier Milei. Esta inquietud surge a raíz de un comunicado emitido por la oficina del presidente el pasado 30 de octubre, donde se anunciaba la renuncia de la Ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Diana Mondino, y la designación de Gerardo Weethein como nuevo Canciller.

El comunicado oficial no solo informaba sobre estos cambios ministeriales, sino que también contenía declaraciones alarmantes que sugieren una auditoría destinada a “identificar así impulsores de agendas enemigas de la libertad”. Estas expresiones evocan recuerdos de los momentos más oscuros de la historia argentina, donde se perpetraron actos de persecución y represión.

Este tipo de medidas no solo atentan contra los derechos fundamentales y los principios democráticos, sino que también generan una gran incertidumbre sobre el rumbo que tomará la política exterior. La preocupación radica en que dicha política podría estar subordinada a los intereses de potencias extranjeras, en lugar de defender los valores y necesidades del pueblo argentino.

La defensa de una política exterior soberana y respetuosa de los principios democráticos es fundamental para garantizar un futuro en el que prevalezcan los derechos y libertades de todos los argentinos.